Recordando recetas antiguas de las que mi abuela solía nombrar, se me vino a la memoria la “meloja“. Mi abuela aprovechaba sus fantásticas manos para sorprendernos con alguna receta de vez en cuando, como por ejemplo, cuando hacía su famosa horchata en verano a base de almendras, que no de chufas. Receta laboriosa donde las hubiera. O como esta receta o producto a base de miel, de la que os vengo a hablar hoy, la meloja.
La meloja podía ser un buen bocado que llevarse a la boca en medio de un “hoyico de aceite“, como decía mi abuela. Se cogía la “tetilla” del pan, se añadía un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra y una cucharada de meloja. Hacía las veces de merienda-cena, como se suele decir.
Diferentes nombres para un producto milenario
Meloja, arrope, melaza… muchos son los nombres que se le dan a este postre de origen árabe, hecho a partir de miel macerada con frutas de la temporada. Podemos datar una de las primeras citas sobre la miel en Granada sobre los años 885-955. Los árabes ya aprovechaban los productos de la colmena y conocían las propiedades aromáticas y medicinales de las plantas y flores que eran base de la cosecha melífera. Ahamd Ben Muhammad Ben Musa Al-Razi citaba todo lo anterior en su obra, cuando describía la antigua Elvira (Granada) y Sierra Nevada.
En la gastronomía árabe la meloja se utilizaba para hacer aguamiel o como condimento que endulzaba los platos cuando la miel escaseaba, sobre todo en época de vendimia, ya que se solía utilizar la uva en su producción, como fruta base. Tiene propiedades similares a la miel, ya que se puede considerar un buen conservante natural. Por ello, era y es, una forma de conservar frutas durante todo el año, como por ejemplo: calabaza de cidra o de cabello de angel, melocotón, higos o naranja.
La miel y la fruta como ingredientes básicos
Aunque la receta originaria se basaba sólo en la reducción del mosto de la uva recién exprimido en época de vendimia, en la actualidad se suelen añadir frutas a la miel y dejarlas reducir en su jugo. Esto se hace sin incluir ningún aditivo como el azúcar, ya que el sabor dulce le viene exclusivamente de la miel gracias al proceso de cocción a fuego lento al que se somete a los productos naturales, hasta conseguir el punto idóneo de caramelización.
Este plato se propagó en la época árabe por todas las zonas de Al-Andalus y aunque en cada lugar se fue modificando y acoplando a sus propias costumbres, era una manera de conservar la mayoría de la cosecha frutal de la temporada. Se conoce que en lugares de costa, donde la caña de azúcar era predominante, se solía utilizar más la caña de azúcar que la miel. Por ello, se cree que esta receta cayó en el olvido al incrementarse el uso de otro tipo de endulzantes.
La meloja de Miel El Purche Sierra Nevada
La meloja se ha convertido en un producto de culto por los expertos paladares de nuestros clientes. Así, Miel El Purche Sierra Nevada ha querido rendir homenaje con este producto a las recetas que hacen de la cocina andaluza una de las cocinas más saludables y ricas del mundo. Los que la prueban repiten y además la compran como regalo para sus familiares y amigos.
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