La colmena en invierno

Estas últimas semanas, en España hemos tenido una de las olas de frío que más nieve ha dejado en las últimas décadas, va a ser difícil olvidarlo. Desde Miel El Purche Sierra Nevada intentamos dar todos los cuidados oportunos para que nuestras colmenas sobrevivan a las frías temperaturas y podamos seguir disfrutando de nuestra miel. Pero, es cierto que, los que nos dedicamos a la apicultura, a cualquier labor ganadera o relacionada con la agricultura, sabemos lo difícil que es hacer frente a los imprevistos y los daños que causa. En la naturaleza, que cada año haya temperaturas frías en invierno, no es una sorpresa. De hecho, los animales saben cómo poner remedio a temperaturas extremas y a semanas de poco alimento.

¿Cómo se calientan las abejas dentro de la colmena?

Al estar las plantas cubiertas de nieve, al llover o nevar, al helar en las mañanas… la abeja ha de llevar a cabo estrategias para la supervivencia. Es complicado que la abeja pueda continuar con la recolección de polen y néctar de las plantas como está acostumbrada el resto del año. Entonces, ¿qué ocurre? La colmena con todas sus abejas han de protegerse del frío y utilizan la técnica del racimo para proveerse de calor dentro de la colmena. Es la reina la que permanece en el centro y el resto se aprietan en torno a ella generando temperaturas más altas. En ese racimo, hay una actividad constante, las abejas que se encuentran alejadas del centro son las que más frío tienen y por ello se crean circuitos para volver al centro del racimo y calentarse. Este circuito de abejas desde fuera a dentro es continuo y así pueden mantener la temperatura óptima.

Cuanto más frío hace, más van a necesitar consumir su propia miel. Por ello, es importante que las colmenas tengan buenas reservas de miel durante la estación fría. Cuando las reservas de miel o los cuidados del apicultor no son los adecuados u otros imprevistos llegan, hacen del invierno la época que provoca más mortalidad en nuestra comunidad de abejas.

Colmenas de abejas cubiertas de nieve. La producción de miel no para en invierno.

El apicultor: una especie en peligro de extinción

Por todo lo anterior, es evidente la necesaria defensa del papel del apicultor hoy en día, ya que en la mayoría de ocasiones se desvive por sus colmenas y a pesar de eso, sigue teniendo pérdidas. Demasiadas preocupaciones continuas que no protegen ante las adversidades (enfermedades endémicas, sequía, robos…) a las que hay que hacer frente.

Y sí que es cierto que cosechar 1kg de miel, supone un esfuerzo enorme para la colmena: recorrer 180.000 km, recolectar el néctar de 4,5 millones de flores y en sólo unos pocos kilómetros de diámetro. La labor polinizadora de las abejas (gracias a los cuidados de la apicultura actual) asegura la reproducción de dos tercios de las plantas terrestres y dos terceras partes de los vegetales que encontramos en las tiendas de alimentación.

En definitiva, mantener una colmena en invierno y a la vez fomentar la biodiversidad del planeta no puede ser una tarea fácil. En Miel El Purche Sierra Nevada nos marcamos estas dos premisas hace varias décadas (puedes leer nuestra historia de más de 25 años como apicultores) y vemos la recompensa en nuestra clientela fiel y en el valor de la miel que cosechamos, pura y natural.

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